Un aire de caos: Trump pausó los aranceles y el mercado se desplomó. El viejo adagio de que el mercado odia la incertidumbre se cumple una vez más.
¿Cómo se supone que puedes hacer inversiones o planificar en este entorno? El Nasdaq cerró la sesión con una caída del 2,6%, mientras que el S&P 500 bajó un 1,78%. Ambos se encaminan a pérdidas semanales cercanas al 4%.
Las acciones del Mag 7 han caído un 15% desde sus recientes máximos. Las bolsas europeas también abrieron a la baja el viernes, después de que el DAX alcanzara un récord impulsado por los planes de gasto de Alemania y el recorte de tipos del BCE. El dólar sigue bajo presión, mientras que las importaciones de China se desploman en medio de la incertidumbre por la guerra comercial.
Aumentan los despidos, sube la inflación, cae la confianza del consumidor. El nuevo efecto Trump en acción. En febrero, los empleadores estadounidenses anunciaron 172.017 despidos, un aumento del 245% respecto a enero y la mayor cifra mensual desde julio de 2020.
Más de un tercio del total provino del recorte de empleados federales ordenado por Elon Musk. Se esperan los datos de empleo no agrícola, con un crecimiento previsto de +159.000, salarios al +0,3% y una tasa de desempleo del 4,0%. Al parecer, Trump dijo a los miembros de su gabinete que ellos, y no Musk, tienen la última palabra sobre el personal y las políticas de sus agencias… las semillas de la inevitable fractura ya están germinando.
Mientras tanto, Walmart está poniendo a prueba la teoría del secretario del Tesoro, Scott Bessent, de que los aranceles no aumentarán la inflación porque China «absorberá cualquier arancel que se imponga». Al parecer, está pidiendo a algunos proveedores chinos que bajen los precios para asumir el coste de los aranceles de Trump. Hasta ahora, no está teniendo mucho éxito.
En China, los responsables políticos de Pekín están en una carrera desesperada por mejorar el consumo interno, que ha quedado muy por debajo de su capacidad de producción y muy lejos del crecimiento anual del +10% que se registraba antes de la pandemia. Esto supone un problema para los líderes chinos, ya que el resto del mundo tiene dificultades para absorber la producción de la segunda mayor economía, y los aranceles amenazan con generar aún más obstáculos al crecimiento.
A medida que la economía china pasa de estar impulsada por las exportaciones manufactureras a depender más del consumo interno, el gobierno ha situado el aumento del gasto de los consumidores como su prioridad número uno para 2025, según un informe publicado el miércoles, por encima de la tecnología y la producción industrial en la lista de necesidades. El miércoles, el primer ministro chino, Li Qiang, prometió un «plan de acción especial» para estimular el consumo y la demanda interna, con un objetivo de crecimiento anual del 5% en 2025. Como parte de esta estrategia, el ministro de Finanzas, Lan Fo’an, afirmó el jueves que China aún tiene margen para actuar en política fiscal con el fin de estimular la demanda en la economía.